“Olvidé lo que me dijiste, olvidé lo que hiciste, pero nunca olvidé cómo me hiciste sentir”
Esta frase de Maya Angelou, la tengo presente a la hora de capturar una imagen: para mí, es imprescindible que mis obras rocen el alma de quien las observa.
La magia de la fotografía permite una representación subjetiva de la realidad, en la que se pueden volcar los sentimientos y emociones del autor. Por ello, en los diferentes proyectos, he intentado plasmar a través de viajes interiores y lugares de fantasía, un estado personal e íntimo. Símbolos y recuerdos que se fueron creando a lo largo de mi vida y que quedaron impresos en el inconsciente vuelven ahora para protagonizar mis imágenes. Hechos que me impresionaron o me llegaron a obsesionar en algún momento, vuelven a resurgir cuando miro detrás de la cámara. Por eso, he considerado más oportuno en este proyecto ser yo misma el personaje que aparece en las fotografías.
Uso un lenguaje de símbolos. Entre ellos destaca que mi rostro esté velado hacia el observador y mi actitud sea la de buscar nuevos horizontes. Ya que no soy la protagonista, sino una presencia sugerente: el que mira es el que vive la historia y el que, a partir de ella, puede construir otra basándose en sus propias vivencias.
Susan Sontag definía la fotografía como “Esa visión del mundo que confiere a cada momento el carácter de misterio” . En mis obras, con la mezcla de diferentes atmósferas, algunas reales y otras que pertenecen a lugares imaginarios, busco crear un espacio de ensueños y misterio, de forma que cada imagen nos incite a evadirnos de lo cotidiano, dejando volar la imaginación para entrar en un nueva dimensión de contenidos oníricos.
Quiero buscar esa otra realidad que, agazapada detrás de la secuencia normal de las horas, nos invita a la reflexión y a veces nos hace guiños capaces de estremecernos.
Si pulsas en la foto la verás más grande, así como el pensamiento que la ha inspirado
Vídeo de fotos y textos basado en sentimientos de nostalgia y añoranza vividos por mi, para los que la fotografía fue en su momento una buena terapia